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En acto público cientos de Policías de Nueva York dan la espalda al alcalde de esa ciudad
NUEVA YORK, Estados Unidos- Cientos de policías dieron la espalda ayer sábado cuando habló el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, frente a la iglesia donde se oficiaba el funeral del agente Rafael Ramos, asesinada junto con su compañero Wenjian Liu, en las calles de Brooklyn.
La reacción de los agentes que seguían el funeral de Ramos en pantallas gigantes se sumó a declaraciones de dirigentes sindicales, quienes dijeron que el alcalde de Blasio ayudó a generar un clima de desconfianza que condujo al asesinato de dos agentes.
Dentro de la Iglesia del Tabernáculo de Cristo, los dolientes brindaron a de Blasio un aplauso amable antes y después de sus palabras, dedicadas a Ramos y su compañero Wenjian Liu.
Toda la ciudad está de luto por muchas razones, dijo de Blasio. Pero la más personal es que hemos perdido a un hombre tan bueno y la familia está tan dolorida.
El sindicato policial dice que el alcalde neoyorquino ha fomentado los sentimientosantipoliciales al apoyar a los manifestantes furiosos porque los policías que mataron a Michael Brown en Ferguson, Missouri, y Eric Garner en Staten Island, Nueva York, no deberán responder por ello.
En el funeral, al que asistieron miles de policías de todo el país, el vicepresidente Joe Biden dijo que los asesinatos de Ramos y Liu conmovieron el alma de toda la nación.
Fuera de la iglesia, miles de policías aplaudieron largamente cuando Biden dijo que el Departamento de policía de Nueva York era el mejor del mundo.
Los planes para el entierro de Liu aún no han sido anunciados.
Los dos agentes asesinados estaban sentados el 20 de diciembre en su patrulla, en una calle de Brooklyn, cuando fueron emboscados a disparos. Los investigadores han dicho que el agresor, Ismaaiyl Brinsley, estaba trastornado luego de haber herido a su ex novia en Baltimore ese mismo día.
Brinsley se suicidó poco después del ataque. En mensajes que subió a internet poco antes del crimen, Brinsley hizo referencias a la muerte de dos hombres negros desarmados, Michael Brown en Ferguson, Missouri y Eric Garner en Staten Island, a manos de dos policías blancos.
Ramos, de 40 años, casado y con dos hijos, se estaba preparando para ser pastor y tenía libros de estudio de la Biblia en su casillero, explicó su oficial superior.